Dejaron pasar los días porque lo conocido a pesar de resultar doloroso no daba miedo.
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Dejaron pasar los días porque lo conocido a pesar de resultar doloroso no daba miedo.
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Hay tristezas que no hacen ruido, pasan desapercibidas para los demás, por eso cuando empiezan a sonar a la gente le extraña.
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A veces poner distancia con el lugar donde has pasado tu niñez y adolescencia no siempre es la solución. Se te queda un poso de amargura que no se va. Cada vez que vuelves aquello que escuece sigue allí. Alicia vuelve, y tras muchos años y un retorno un poco obligado, intenta poner fin a aquello que la marcó, quiere perdonar y al final lo consigue, no sin antes meter el dedo en la yaga y limpiar perfectamente esa herida. Su madre, su hermana, su marido, su padre y sus tíos son las piezas de este engranaje oxidado por el dolor, el resentimiento, los traumas y un secreto que hará que todo encaje y cobre algo de sentido. Magnifica Pilar, como siempre nos sumergue en historias de vida tan bien narradas que te hacen SENTIR. |
¿En qué año se publicó?