La última rosa

Con ritmo tranquilo al principio, pero poco a poco in crescendo comienza esta ficción familiar ambientada en Japón. La novela nos llevará por la vida de Matsuda Ayaka una joven cuya única ambición es reflotar la floristería familiar y que terminará convirtiéndose en modelo de una famosa marca cosmética japonesa. En este itinerario, seguiremos también los caminos de tres mujeres de la misma familia que se relacionarán con Ayaka: Fujiwara Chiyo, Nakahara Ume y Nakahara Izumi.
En este sentido, como podemos ver, encontramos una historia de mujeres que velarán por sus intereses, aún por encima de la familia, y cuyas tramas se irán tejiendo casi sin que nos demos cuenta.
Un tejido complejo y acabado
Una de las complejidades, al menos así me lo parece, de este tipo de novela es cómo conseguir que todas las líneas de tiro que se plantean queden finalmente unidas sin que haya nada que parezca forzado. En el caso de Anna Mateu consigue que todos los hilos de la trama queden atados y bien atados y creo que lo logra porque no tiene prisa en unirlos, sino que madura la trama hasta el momento justo en el que tiene sentido unirlos.
Por ello, en esta novela serán muy importantes los modos de narración: el recuerdo, los diarios, las alucinaciones, incluso, serán los medios que la autora tendrá para unir las tramas en principio distantes. Y, aunque os pueda parecer un recurso casi divino, en realidad que se produzcan estos medios de narración están completamente justificados por la elaboración de personajes, ya que estos provocarán una reacción tanto en los personajes como en el lector, que entenderá muchísimas cosas gracias a estos desvíos narrativos.
Además, el recurso del flashback será muy importante en la novela, tanto para la trama principal, la vida de Ayaka que a priori sería nuestra protagonista, como para el resto de subtramas que podemos englobar en «los grandes misterios de la familia Fujiwara», que se desarrollan a lo largo de al menos tres generaciones. Una familia que no sabe no tener secretos…
Evolución y renovación
A nivel de ritmos y estilo, como os decía antes, la autora no se corta en demorarse y, sin embargo, esto no ralentiza el ritmo de la narración, por el contrario, ayuda a la ambientación y comprensión de las miles de sutilezas que se están llevando a cabo por parte de los personajes. Los detalles serán importantes, por eso la autora no gasta en su estilo de ampulosidades, sino que nos ofrece una narración completa y sencilla para que podamos entender todo y a todos.
Y este es otro punto interesante, el progreso de los personajes es perfecto. Ninguno es el mismo al principio de la novela y al final, quizá Enzo es el que menos cambia, y, a pesar de ello, no nos extraña la evolución de los mismos ni sus cambios de parecer. La trama avanza de una manera tan limpia que, al final, lo que dicen y opinan tiene mucho sentido con lo que les ha sucedido y sienten.
Si hay que poner un pero a la novela, al menos en la edición que yo la he leído, es la cantidad de errores de ortotipografía que encontramos. La verdad es que se ve claramente que son problemas de sustituciones, así que una vez detectados seguro que en muy poco tiempo tenemos una edición perfecta de una novela que roza la perfección.
Salseo y sentimientos
La verdad es que no puedo sino recomendaros la novela. Más allá de que os guste el género o no, que si os gustan las novelas familiares con mil secretos esta os encantará, es una novela que se disfruta mucho por la delicadeza y cuidado que la autora ha mostrado al montar la trama. No hay cabo suelto o contradicción en la obra.
Además, los personajes son de estos que se nos quedan porque todos y cada uno de ellos tienen una personalidad compleja y fascinante. A esto añadimos una ambientación japonesa muy bien conseguida y tenemos un resultado genial. Espero que os animéis con ella y que la disfrutéis.

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Ayaka tiene que hacerse cargo de la floristería de su madre mientras esta intenta vender su casa de Hokkaido para pagar las facturas de la floristería y su hogar, que desde que murió su padre no ha vuelto a ser el mismo.
Un día entra Chiyo, una mujer de negocios que busca una cara nueva para su próximo producto y se lo ofrece a Ayaka, que termina aceptando porque su madre está enferma.
Al mismo tiempo, pero en otro lado, tenemos a Ume, hija de Chiyo, que se siente desplazada en la empresa que compensa con su relación con Yukio, del que lleva toda la vida enamorada.
Y también tenemos a Izumi, hija de Ume, que sintiéndose humillada por no ser ella la protagonista de la nueva campaña de la empresa familiar entrará en acción por todo lo alto.

Estos cuatro personajes son los narradores principales, aunque también hará algunos narrados desde el punto de vista de Renzo, un antiguo policía que trabaja para la empresa de modelos en la que entrará Ayaka y que la ayudará a moverse en ese mundo al que ella no pertenece.

Entre estos y otros muchos personajes entramos en una compleja trama que engloba mentiras, secuestros, sentimientos intensos e incluso asesinatos. A medida que avanzas en la trama esta se va volviendo más oscura y retorcida, hasta poner en riesgo la vida de los personajes.

La novela es entretenida, aunque al principio con todos los personajes, las vidas de cada uno y demás puede hacerse un poco largo, pero a medida que los vas conociendo y te vas introduciendo en las distintas tramas se hace muy llevadero. Ver como las vidas de todas estas personas se van entrelazando y los secretos familiares van saliendo a la luz de la peor forma posible hace que te leas la ultima parte del libro del tirón.
No tiene epílogo, pero no le hace falta. Tiene un proceso de finalización del libro largo y cuidado, que nos permite ver a cada personaje en momentos posteriores al desarrollo central de la novela.

Para ser un libro no escrito por un japonés está muy bien construido en la cultura japonesa.

La Última Rosa es una historia que te sorprenderá.

Cuando comienzas a leer no te imaginas la dimensión de la tela de araña que la autora ha creado e hilado a la perfección. Según van avanzando los capítulos se van a suscitar mil preguntas que se verán poco a poco resueltas, hasta llegar a la sorpresa final, que está escondida como no te imaginas.

La autora nos cuenta la trama y las múltiples subtramas a través de la mirada de varios personajes, lo cual lo vuelve muy original por la cantidad de voces distintas que van unificando tantas vidas que parecen inconexas.

Otro punto de originalidad es la ubicación del libro que se desarrolla en japón y a través de la historia y cultura japonesa. Me encanta este punto, como también adoro la dulzura con la que está escrita la historia y el romance que destila en todas sus páginas.

La Última Rosa es un libro que no puede faltar en tu biblioteca.

¡Me ha encantado!

Este libro me ha mantenido enganchada desde el principio, porque cuando crees conocer a los personajes, sucede algo que te desmonta la idea que tenías de ellos y vuelves a empezar. Aunque eso sí, para desdicha de los personajes, los problemas van escalando en peligrosidad.

Se trata de una novela en donde conoceremos los hechos desde varios puntos de vista, el de Ayaka (la protagonista), Renzo, Ume, Izumi y Chiyo. Esto permite al lector conocer mejor a los personajes, porque puedes contrastar su comportamiento desde su punto de vista y del de los personajes a su alrededor.

Pese a tener varios puntos de vista, la trama gira en torno a Ayaka y el cómo al aceptar un puesto de trabajo desencadena una serie de acciones en su contra y de las que gracias a su ingenio y ayuda de sus amigos, logrará seguir adelante.

Es curioso, pero tras el segundo problema al que se enfrenta Ayaka, empecé a notar en los momentos de calma que con la suerte de la protagonista, el siguiente no estaría muy lejos, consiguiendo que me metiera aún más en la lectura.

Por otro lado, tenemos a Izumi, quien la mayor evolución que tiene como personaje es bien superada la mitad del libro, y en la que hasta entonces sólo piensas "si demasiado poco te pasa".

Lo que más me ha llamado la atención es el contraste que hay entre Izumi y Ayaka, ya que son como el ying y el yang, diferentes y aun así se complementan. Me gustaba la rivalidad que se autoimpone Izumi con Ayaka.

En cuanto a Chiyo y Ume, están presentes desde el principio, pero su trama va más pausada y aunque se ve eclipsada por la de Ayaka, al final del libro es de la que más atención mantiene. Además, es la que saca a la luz la verdad sobre los personajes, que da para mucho.

Pero si hay algo que te deja asombrado es el final, el cómo se juntan todas las tramas del todo y el cómo termina me ha encantado.
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Estamos ante una novela coral narrada en tercera persona y que consta de 357 páginas.

Ayaka Matsuda es una joven que está pasando por una situación económica difícil. Su familia tiene una floristería donde ella trabaja y si situación no mejora, pueden perderla.

Un día aparece una mujer adinerada que le ofrece un empleo como modelo, sin ver una otra solución a sus problemas, acepta este empleo a pesar de no saber nada sobre él. Pero contará con la ayuda de un joven que le enseñará a ser la mejor.

En ese momento entran varios personajes en juego, cada uno con su trama, pero que todas acaban fluyendo hacia un mismo lugar.

Esta es la primera novela de la autora y tengo que felicitarla por la increíble historia de secretos familiares que ha creado. Es cierto que al principio me liaba con los personajes, los nombres japoneses tampoco me han ayudado y los diferentes frentes abiertos. Pero en cuenta me fui quedando con todo disfrute mucho de esta novela coral. Todo esta superbién hilado con los sucesos que van ocurriendo durante la trama, que ya os aviso que no son pocos y que me han tenido completamente enganchada. Solo le voy a poner un pero, y es que a la novela le falta una corrección ortotipográfica y es una lástima, ya que esto le hace bajar puntos.

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