Carcoma

Una novela corta, de apenas 130 páginas, pero intensa. Intensa como pocas. No me preguntéis por el género, no lo sabría catalogar del todo. Hay quien dice que es terror, yo no lo tengo claro. Desde luego no es terror tal y como muchos os imagináis. Habla de una casa… ¿Encantada? Donde habita una familia… ¿Maldita? Sí. Pero «Carcoma» es mucho más que eso.

Aquí el terror no se encuentra en esas sombras que habitan la casa, precisamente, sino en los propios seres humanos que abarcan las páginas de la novela. El terror está en los prejuicios, los estereotipos, los estigmas sociales… En el clasismo, el machismo. Y cómo todo esto marca a las mujeres de la familia protagonista de este libro, hasta el punto de convertirse en su propia maldición.

Una maldición que no es otra cosa que un odio retorcido y arraigado en los corazones de esta familia y del resto del pueblo y que ha enfrentado durante generaciones a unos contra otros. Un odio heredado, del que resulta muy difícil escapar. Un odio que aísla y marchita, que pudre como la carcoma.

La historia la conocemos a través de las voces de dos personajes: una abuela y su nieta. Cada capítulo está narrado por una de ellas y desde su propia perspectiva, tan diferente una de otra, con visiones del mundo y de su situación que chocan continuamente y que nos permiten disfrutar de distintas versiones de los mismos personajes y hechos. Todas sesgadas, eso sí. La voz de la abuela rompe la cuarta pared y se dirige a nosotros de vez en cuando, haciéndonos partícipes de la historia y arrastrándonos sin remedio.

El estilo de la autora es lo más llamativo del libro desde el principio. Sin separación de los diálogos, con frases largas, sin comas. Un estilo directo, hiriente, enfático y MUY frenético. Es imposible parar de leer. No hay respiro. Literalmente, no hay pausas. Y creo que es el tono perfecto para esta obra corta y lo que le termina de aportar esa intensidad que hace que cale tanto en el lector.

Sin lugar a dudas es una de mis mejores lecturas del año y, la verdad, no me lo esperaba.