Keoki13 July 2022
No había sufrido el impacto de esas miradas. Esas miradas que, entre cientos de otras miradas estúpidas, borrosas y apagadas, te taladran el alma con un reproche impersonal, cósmico y sin respuesta. Los ojos del paralítico. Los inocentes, los puros, los hermosísimos ojos del paralítico. Los ojos de la Humanidad esclava, humillada, acorralada, tullida, enferma, apaleada por los siglos de los siglos. Esa parte de la Humanidad, esa gran parte, explotada, generación tras generación por una exigua minoría de sinvergüenzas, tirada ahí, abandonada en la cuneta, a pesar de eso que llaman beneficencia. ¿Existe un Dios? En todo caso, no será el Dios a quién rezan los ricos, puesto que pueden hacerlo compatible con sus vidas.
+ Lire la suite |