Se tiene que morir mucha gente

“Se tiene que morir mucha gente” es una frase que pienso muy a menudo (excepto el día que estoy de guardia. Entonces no, porque si hay algo en esta vida que odio más que la gente, es trabajar). Como podréis imaginar, con un título tan YO, se colocó en los primeros puestos de mi lista de libros más esperados del otoño desde el momento en que se anunció su publicación, y no me ha defraudado en lo más mínimo.

“Se tiene que morir mucha gente” es la primera novela de Victoria Martín, cómica y guionista a la que muchos conoceréis por el podcast “Estirando el chicle” (¡y si no lo conocéis ya estáis tardando en escucharlo!). Se estrena en la novela con una historia acerca de cuatro amigas que, cercanas a la treintena, deben lidiar con una vida que dista mucho de aquella que habían imaginado.

Bárbara, adicta a los ansiolíticos y al dinero, sueña con ser guionista mientras tiene que aguantar al gilipollas de su jefe; Maca, actriz que no actúa y sobrevive trabajando como camarera; Elena, casada con un señor que podría ser su padre y en la recta final de un embarazo ¿deseado?; y Fabiola, una influencer que tiene a Pumba de El Rey León y Mr. Wonderful como coaches de vida. Juntas harán frente a los problemas del día a día al tiempo que tratan de encajar y encontrar su lugar en el mundo.

“Se tiene que morir mucha gente” es una historia muy divertida con la que os hartaréis de reír, pero que no se queda en la broma o el chiste, sino que va más allá, y trata temas de enorme importancia como la inacción ante aquellos problemas de la vida que muchas veces no nos dejan avanzar, ya sea porque nos saboteamos a nosotros mismos, ya sea por esos gilipollas de los que estamos rodeados muchas veces (muy a nuestro pesar). Y a estos últimos hay que hacerles saber que lo son cuanto antes mejor, porque sino se endiosan y luego pasa lo que pasa (y no hay nada peor que un imbécil mononeuronal endiosado).

Tirando de ironía, mucho humor y muy poca vergüenza, las protagonistas también se enfrentarán a esa culpa que muchas veces nos inculcan de pequeños y que de adulto se convierte en un auténtico lastre, o a darse cuenta de que quizá la vida que siempre anhelamos puede no ser la que realmente queremos o necesitamos, pero no somos conscientes de ellos hasta que nos vemos atrapadas en un chalet en las afueras, casadas con un señor al que no se le levanta y con amigas que llevan collares de perlas y terminan todas sus frases con un “amor”. 🤢

Historia acerca de la amistad, de esas amistades que perduran en el tiempo sin saber muy bien por qué, con personajes a las que sus imperfecciones y debilidades, lejos de arredrarlas, les hacen decir “aquí está mi coño” y toman por fin las riendas de su vida.

Con un estilo ágil y un lenguaje cercano y desenfadado “Se tiene que morir mucha gente” es una lectura tremendamente disfrutable que os hará pasar un muy buen rato (en mi caso apenas unas horas ¡porque lo devoré!).