InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Guille63


Guille63
07 March 2023
Hace tiempo que tomé la decisión de releer únicamente aquellos libros que en su día no me gustaron o no lo hicieron en demasía. Esta estrategia responde a un lógica que a mí me parece aplastante: o bien añado al escritor a mi Olimpo particular, y toda una nueva bibliografía a mis lecturas futuras, o bien asisto complacido a la ratificación de mi criterio juvenil (dejaré la relectura de los que me gustaron para ese viejo que aspiro ser al que se la refanfinfle correr el riesgo de mancillar el buen recuerdo de una novela alabada antaño o de sentir una humillación retrospectiva por aquel lector tan orgulloso de su opinión que un día fui).

Una de estas alegrías recientes se llama Javier Marías y me la produjo la relectura de su Corazón tan blanco. Ahora esa alegría sale reforzada tras la relectura de esta Mañana en la batalla piensa en mí.

Y la cosa tiene su mérito, pues en cada ocasión mi alegría tuvo que sobreponerse a la ligera antipatía que sentía por el autor, una antipatía que se amplificaba con el rechazo que me provocaban sus personajes (el que cuenta, el que monologa), con los que, sin poder evitarlo, identificaba al autor. Unos personajes pedantes y distantes, propensos a la crítica aristocrática de modos y maneras, aficionados al chascarrillo machista, instalados en la desidia de que lo mismo da hacer que no hacer, observadores elitistas en un púlpito desde el que fagocitan toda la novela relegando a meros comparsas o simples pretextos al resto de personajes que son caracterizados con dos o tres burdos brochazos. Ya dije que la cosa tenía mérito.

Sin embargo, la novela tiene, como aquella del Corazón tan blanco, un principio potente que te engancha, te arrastra y ya no te suelta hasta el final. Los dos libros tienen un estilo, una estructura y un personaje-narrador semejante, con una prosa que… bueno, mucho mejor que cualquier cosa que yo pueda decir ya lo dijo estupendamente Juan Gabriel Vásquez al comentar Berta Isla, otra obra con la que, según parece, comparte estos parecidos (y empiezo a sospechar que es una tónica general):

“la prosa de Marías, digresiva y heterodoxa, está llena de meandros y desvíos donde acaso nos encontremos una joya perdida, o es capaz de dar vueltas como un tiburón alrededor de su presa, asediando una emoción, una revelación o una humilde verdad humana. Lo que quiere esta prosa es rescatar, del flujo incesante de los acontecimientos, aquello que no sabríamos ver sin ella: quiere detener el tiempo —o trastocar su normal comportamiento— para que no se pierdan ciertos movimientos, con frecuencia los más frágiles, de nuestra sensibilidad y nuestra conciencia; quiere hacer visible lo invisible, hacer que salga a la superficie eso que permanecía hundido porque nadie había sabido verlo."

Me encantaron sus meandros y divagaciones, su exposición, su representación; me interesaron los temas, estuviera o no de acuerdo, me hicieron pensar y me removieron por dentro, y no fueron pocos: la responsabilidad de los actos y las omisiones;

“he dado la espalda a mi antiguo yo, ya no soy lo que fui ni tampoco el que fui, no me conozco ni me reconozco. Y yo no lo busqué, yo no lo quise.”

la siempre incompleta y adulterada información con la que contamos para decidir;

“Un sí y un no y un quizá y mientras tanto todo ha continuado o se ha ido, la desdicha de no saber y tener que obrar porque hay que darle un contenido al tiempo que apremia y sigue pasando sin esperarnos”

las intrincadas complicaciones y repercusiones que puede acarrear cualquier paso que demos por inofensivo que parezca; la enorme cantidad de posibilidades vitales que se mueven a nuestro alrededor y a las que por ser conscientes en una ínfima parte no podemos responder en consecuencia; el rápido olvido de lo que fuimos, sentimos e imaginamos, la poca constancia que queda de nuestra vida; el autoengaño en el que caemos al contarnos nuestra historia, al convencernos de nuestra identidad; y la necesidad de contar y contarnos, de convencer o hacernos entender, del perdón y hasta de algo de compasión, de sacarlo de nosotros y poder seguir viviendo; el enorme peso que puede significar nuestro pasado ("Mañana en la batalla piensa en mí"). En definitiva, lo frágiles, azarosas e insignificantes que son nuestras vidas. ¿Qué tema puede ser más interesante y más relevante que este?
Comentar  Me gusta         00



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro