Cuando comencé con esta novela, me estaba fascinando, especialmente las partes del hospital. En el momento en que empezó la ebullición de la relación amorosa entre dos de los protagonistas se me desinfló un poquito y luego, en un momendo dado, volvió a recobrar el ritmo. Pero si hay algo que constantemente me ha mantenido enganchada y cautivada es la narración referida a los acontecimientos que sucedían en el Barts y a los personajes que conformaban su equipo médico. Bellamy y Frances son figuras que me han conquistado, siendo además el primero uno de los personajes más carismáticos y originales con los que me he topado en literatura. Debo decir que Vere Cole resulta un ser curioso aunque de conducta en ocasiones cuestionable y sin embargo, la sufragista Olympe me ha resultado algo sosa y no he llegado a empatizar con ella. En cierto modo es un poco extraño que en un libro cuya temática a priori promete girar en torno al movimiento sufragista, este, en mi opinión, pasa a un segundo plano, siendo más interesante la evolución de la medicina y como comenté, lo que acontece en el hospital donde se desarrolla gran parte de la trama de este libro. Pero me ha encantado. Creo que en su conjunto, el fuerte de esta historia son sus personajes, muchos de ellos incluso son personalidades históricas reales, sorpresitas incluidas. En definitiva, aunque he tardado en terminarla, no por ello se me ha hecho pesada. Cuando he cerrado el libro por última vez he sentido cierta melancolía por tener que despedirme de sus personajes, realmente voy a extrañarlos y que un libro consiga eso ya dice mucho. + Leer más |