Al otro lado

Al otro lado es una obra que causa bienestar cuando la estás leyendo y, al mismo tiempo, te impregna de una tristeza que predomina en toda la lectura. La he sentido con toda mi alma, y eso que no leo poesía.

En esta se mezclan poemas de la escritora y poetisa chilena Teresa Wilms Montt (1893-1921), y su contemporáneo el poeta chileno Vicente Huidobro. Ambos personajes reales se mezclan con los diálogos y reflexiones de Valentina y Jairo, personajes ficticios.

Hay otro personaje ficticio, Altazor, que forma parte de los escritos de Huidobro. Es el nombre que se asigna a sí mismo el autor y que Teresa menciona en sus poemas.

He tenido que documentarme sobre ellos, de los que desconocía su existencia, más que nada para entender el paralelismo que se establece entre Teresa Wilms y Vicente Huidobro con Valentina y Jairo.

Los primeros huyeron juntos desde Chile hasta Argentina. El la ayudó a escapar del convento donde la habían recluido y donde intentó suicidarse por primera vez. Lo único bueno que dejó atrás cuando huyó fueron dos hijas. Cinco años después se encontró con ellas en París, pero cuando las niñas volvieron a Chile no pudo superarlo y se suicidó.

Lo que refleja y clama Teresa en sus poemas es el sufrimiento de una vida que ella no eligió y otros lo hicieron por ella. En esas palabras escritas, en forma de versos, hay una gran tristeza, tanta que no quiso seguir viviendo.

Cien años después Valentina y Jairo, son dos niños chilenos de dos familias acomodadas. Sienten que viven en un cuento. Están resguardados del dolor, de las sombras, como dice Jairo, porque ambas familias así lo han decidido en sus diferentes circunstancias.

Pero la realidad que los padres de ambos no valoraron fue la de la propia vida, esa que ellos no podían controlar, como tampoco podían hacerlo en el momento en que Valentina y Jairo decidieran por sí mismos.

Lo que he interpretado en el paralelismo de estos cuatro personajes es que Jairo se ve reflejado en Teresa. Ambos salieron huyendo, con una diferencia de cien años, cada uno de una situación que los desbordaba y tal vez creyendo que su decisión era la acertada.

Teresa no volvió, Jairo sí, pero cuando descubre todo lo que ha perdido también tiene ganas de suicidarse.

No fueron los mismos motivos los que llevaron a Teresa y Jairo a huir, pero si coinciden en la búsqueda de una libertad que les fue arrebatada.


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