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«Mirando las redes sociales te das cuenta que tu vida va más en picado de lo que creías» La apariencia en las redes sociales es otra forma de vida, sí, lo es, aunque nos cueste creerlo, muchos miran esa instantánea que representa un segundo de la vida de ese desconocido y la compara con sus cincuenta años, en mi caso, los catorce de unos y los veinte de otros, entendemos la idea, da igual la edad. Muchas de esas personas que vemos a diario mostrándonos sus casas, coches, familias y demás, modifican su conducta para que de cara a la galería todo sea idílico. La apariencia es una obsesión. Creo, como el autor, que de tanto mirar a las redes sociales, se nos olvida que las familias no son perfectas, ni las relaciones, que los amigos no siempre están de fiesta, también tienen sus conflictos, y se pueden solucionar o no. Miramos las instantáneas y decimos, a mí no me va así, «cuando creemos que las cosas no están bien, empezamos a culparnos a nosotros mismos de manera inconsciente». Ahora llega la Navidad, veremos árboles navideños increíbles, belenes magníficos, mesas de nochevieja con decoraciones y platos dignos de restaurante Michelín, y lo compararemos. «La propuesta de que las cosas te importen una mierda es una forma sencilla de reorientar las expectativas de la vida y elegir lo que importa». Ojalá consiguiésemos que las cosas nos resbalasen, aquellas que no son relevantes, más que resbalar, que nos importen poco, asumir cierta realidad, todo positivo va unido a algo negativo. «Lo que crea nuestras experiencias positivas definirá nuestras experiencias negativas», usando los mismos ejemplos que el autor, la casa de tus sueños que te compras es la casa que reparas, todo los que nos gusta tiene un contrapunto negativo, me gusta leer, soy adicta a la lectura, pero no tengo todos los libros que me gustaría leer. No existe una felicidad total, y lo que debemos asumir es esa parte negativa que siempre hay. «Quería la recompensa, pero no el esfuerzo. Quería el resultado, pero no el proceso» Queremos el dinero y la fama de Rafa Nadal, pero no el sacrificio, ni las horas de quirófano ni rehabilitación, aún menos los dolores constantes de su cuerpo. Muy recomendable su lectura, la experiencia de Mark Manson nos puede arrojar un poco de luz en tanta ceguera en las redes. |
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