Londres, agosto de 1888, comienzan a aparecer cadáveres de prostitutas brutalmente asesinadas. Audrey Rose es una joven de alta cuna que no está interesada en las tardes tomando el te, sino que prefiere dedicarse a la ciencia forense junto a su tío. Me ha faltado un poco más de rigor histórico, y quizás más descripción de los ambientes, vestidos, comidas... La protagonista es demasiado ingenua si lo que quiere es encontrar a Jack el Destripador, no piensa nunca en los peligros que ella misma puede correr paseándose de madrugada por los peores barrios de Londres. Y la obsesión de Jack por las prostitutas no es muy estable, creo yo. Aún así, la narración es amena y rápida. |