Melina

La vida era eso. Pasar en silencio, pero abriendo surco. Para
sembrar. Y si es posible, disfrutar de lo recogido. Si es posible, naturalmente. Porque las cosechas, como las derrotas o los amores, no están nunca del todo en nuestras manos.

el valor del profesor no es lo que sabe, ni siquiera lo que es capaz de enseñar, sino lo que termina sembrando entre quienes atendieron a sus enseñanzas.

Había venido al mundo cuando no debía. Pero consiguió hacer suyo un tiempo que no le correspondía. Y acaso
También seguir abriendo camino.

Mientras haya trenes habrá principio y fin.

Revisar tu vida desde la mirada franca de alguien que te ama puede ser un camino para iluminarla.

Vive como quieres que se viva en el mundo que sueñas.

Aprendí hace tiempo a hacer lo que hay que hacer, a vivir sin pedir permiso y procurando no arrepentirme. Disfrutar cuando las cosas salen bien y aprender cuando salen mal.

No someterse es una extravagante y carísimo ejercicio .

Las canciones que nos llenan son las que hablan de nosotros mismos, las que se han hecho para contar nuestra vida.

Pensó en el mate como algo simbólico, como una metáfora de lo que empezaba a vivir. De la vida, de todas las vidas. Algo que se sabía amargo y había que tomar a sorbos. Algo escondido en un recipiente que no dejaba ver su interior y que era mejor disfrutar abriéndose a todas sus posibilidades. Podía quemarte, claro. Para
evitarlo había que aplicar la paciencia y aprender de los demás.