La vida era como las curvas de los electrocardiogramas, una montaña rusa sin principio ni final.
|
La vida era como las curvas de los electrocardiogramas, una montaña rusa sin principio ni final.
|
La lejanía se abría en el tiempo, no en la distancia.
|
Vivimos en las tinieblas, pero puedes estar segura de que al final siempre prevalecerá la luz. No se puede vivir mucho tiempo en la oscuridad.
|
¿Qué hubiese sido de mi vida si no te hubiese encontrado? Llegaste a mí cuando más te necesitaba. Tú eres mi luz.
|
El miedo no conduce a nada. El miedo termina arrebatándonos lo que nos queda de lucidez.
|
Sabía que era el momento de partir, pero no había orillas que los acogieran.
|
Cada vez que tengas miedo y sientas que tu corazón está galopando, comienza a contar tus latidos. Cuéntalos y piensa en cada uno, porque solo tú puedes controlarlos. En la medida que crezca el silencio entre un latido y otro, el miedo irá desapareciendo. Necesitamos de esos silencios para existir, para razonar.
|
Donde se queman libros, se termina quemando también a personas.
|
Escuchar era más seguro, hablar era un riesgo.
|
¿Cómo podrá sobrevivir un país sin poetas y pensadores?
|
Como agua para chocolate