Los renglones torcidos de Dios

Es una novela que se publicó en el año 1979, vaya que cuenta con casi 40 años a sus espaldas y aunque hay algunas cosas que han mejorado respecto a las instituciones psiquiátricas y como se ingresa a los pacientes, puedo decir que la novela ha envejecido bastante bien y la podemos leer sin preocuparnos mucho por el momento en el que transcurre.

La acción transcurre principalmente dentro de una institución psiquiátrica y las normas que la rigen es probable que sean las que aún hoy se mantengan, aunque los tratamientos han cambiado para mejor y muchas de las patologías por las que encerraban a pacientes a día de hoy no requieren esa separación de la sociedad. Es triste leer que antes se encerraba a muchos niños que eran diferentes, no se les entendía y se pensaba que estaban mejor encerrados, ya sea para que no molestaran o para que les cuidaran mejor. Como digo, estas cosas aquí creo que ya no ocurren pero me da a mi que en países subdesarrollados aún se pasa.

El autor conoció bien la realidad de la época ya que para poder escribir la novela se internó durante 18 días en una institución psiquiátrica y eso le sirvió de base para su centro, también de ahí parten muchos de los secundarios que encontramos en Los renglones torcidos de Dios.

La novela tiene muchos puntos fuertes, por un lado la ambientación, nos imaginamos perfectamente la vida en la institución, las rutinas, la relación con los demás pacientes... por otro lado, los personajes. Están muy bien caracterizados, todos son diferentes en su forma de actuar y pensar y la manera en la que el autor los describe hace que nos los representemos muy bien y que les lleguemos a querer, pero sobretodo el gran acierto de Luca de Tena, es la creación de la protagonista absoluta: Alice Gould.
Esta mujer es a la que llegamos a querer, a pesar de su inteligencia superior no la presenta como alguien engreído (quizá un poquito poquito y pocas veces), sí que vemos que es mejor no enfrentarnos a ella pero no podemos por ello no caer rendidos ante su fuerte personalidad.

Una novela para mí imprescindible, me gustó mucho la primera vez que la leí y disfruté por igual la segunda. Totalmente recomendada, con Los renglones torcidos dudaréis de todo y de todos, haréis hipótesis que van a ir rompiéndose a cada página y no podréis parar hasta descubrir la realidad de Alice Gould.
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