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Ambientada en un futuro no muy lejano, la realidad virtual está instalada en la sociedad desde que un joven Hideo Tanaka creó Neurolink, unas gafas que se conectan directamente al cerebro, uniendo así el mundo real con el virtual. Con estas gafas creó también Warcross, un videojuego seguido por millones de personas. Existe un torneo en el dos equipos de jugadores profesionales luchan entre ellos para tratar de conseguir el emblema del otro equipo (un atrapa la bandera de toda la vida, vamos). El juego se desarrolla en diferentes mundos virtuales y cada jugador tiene un rol especifico dentro del equipo. Es en este mundo en el que vive nuestra protagonista, Emika Chen, una joven de 18 años que perdió a sus padres de niña. Con una lista de antecedentes penales por sus hackeos, Emika es cazarrecompensas, se dedica a capturar a los jugadores de Warcross que hacen apuestas ilegales, y sobrevive con lo poco que gana. El día de la ceremonia inaugural de Warcross de ese año, Emika decide hackear el juego para robar uno de los potenciadores que se utilizan en la partida y venderlo así en el mercado negro. Pero su Avatar se hace visible en mitad de la partida, quedando expuesta ante los ojos de millones de espectadores de todo el mundo. |
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