Blanco inmaculado

No estamos ante un thriller con grandes giros argumentales o muchas dosis de acción. Es más bien una novela tranquila, centrada en los personajes y sus relaciones. El asesinato sucede en las primeras páginas y a partir de ahí acompañaremos a los investigadores de la Ertzaintza en su día a día para esclarecer el crimen.
Las protagonistas son la oficial Lur y la patrullera Maddi y su vida personal se irá entremezclando con la investigación, de modo que podamos conocerlas y comprenderlas mejor. A pesar de que está bien dosificado, hubiera agradecido ahorrarme alguna página de la enfermedad de Lur o de los problemas maritales de Maddi. Aunque es una preferencia personal y no lastra la historia principal.
Es posible que antes del final ya hayáis intuido cómo va a terminar. Creo que no es un problema, ya que el punto fuerte no es tanto descubrir quién es el asesino como comprender a las personas que de una u otra forma se han visto involucradas en el crimen. A este respecto es un acierto que el asesinato se produzca en una secta, ya que nos ofrece personajes complejos que arrastran un pasado que los ha llevado hasta allí.
La novela contiene también varias críticas sociales, desde el machismo a la intolerancia, el dogmatismo o el capitalismo, aunque la autora logra hilvanar todo de tal forma que no da la sensación de leer un panfleto y todo tiene sentido.