Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados.
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Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados.
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Lo que está escrito no hay quien lo cambie. O quien lo pare...
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Vas a arder en el infierno. Te lo mereces. Atada a un poste. Como hacían las brujas. Te mereces que te quemen viva, que alguien te de una lección.
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Demasiadas normas para ser feliz.
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No hay que darle tanta importancia a las decisiones que toman los demás.
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En aquella casa se respiraba tristeza, porque la pena moraba en todas las esquinas, los tejidos y la superficie de los muebles como si fuera una tropa de ácaros.
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Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados.
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𝙴𝚜𝚝𝚊𝚛 𝚌𝚊𝚕𝚕𝚊𝚍𝚊𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚖𝚒𝚝í𝚊 𝚊 𝚕𝚘𝚜 𝚙𝚎𝚗𝚜𝚊𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘𝚜 𝚊𝚜𝚊𝚕𝚝𝚊𝚛 𝚕𝚊𝚜 𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚜𝚒𝚗 𝚗𝚒𝚗𝚐ú𝚗 𝚝𝚒𝚙𝚘 𝚍𝚎 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚊𝚜𝚒ó𝚗.
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Deseo que no vuelvas a conciliar el sueño, que jamás respires aliviada y que tu vida cambie para siempre.
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Opino que el cariño que recibimos es el responsable de fortalecer nuestro carácter y la seguridad en uno mismo.
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La edad de la inocencia