¡Qué maestría la de Santiago Lorenzo para hacerte reír y no parar de darle "zascas" a esta sociedad de la que parecemos estar tan orgullosos! He disfrutado muchísimo de su manera de escribir, directa y certera, aunque no exenta de complejidad y buen gusto, casi tanto como de la historia, adictiva e imposible de olvidar. Desde que lo leí no he parado de recomendarlo (y prestarlo, pero poquito porque me da miedo que no vuelva, pero eso ya son manías propias) y a nadie ha dejado indiferente. Deseando leer al autor de nuevo, solo puedo decir BRAVO. |