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Esta novela me ha parecido muy buena desde la narración, con pasajes cómicos que me soltaron alguna sonrisa. Básicamente Manuel, un joven de veintitantos que no encuentra su rumbo tiene un episodio que lo obliga a huir a un pueblo abandonado de la España rural. El narrador es su tío, que lo ayuda como puede y mantiene conversaciones casi clandestinas con su sobrino fugitivo. Lo que me ha hecho un poco de ruido es que se huele cierta superioridad moral en la crítica a los llamados “domingueros”. Quizás sea mi percepción. Igualmente es un libro recomendable de una editorial que trabaja muy bien. 4/5
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