3,25. Excepto el principio, que es bastante impactante, la primera mitad de la novela se me ha hecho lenta y repetitiva. Lo que sucede a la mitad le da otro rumbo a la historia y, para mí, le aporta tensión y un poco de vida al asunto. El lenguaje del autor es una absoluta maravilla y la crítica me ha parecido sublime. El final me ha dejado un sabor algo agridulce, a pesar de ser el adecuado por ser totalmente consecuente con la actitud del protagonista.
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