Siguiendo mi destino

Es mi deseo agradecer a Gloria López de María el envío de este ejemplar y, a su vez, pedir disculpas por mi restraso. Tal vez pueda compensarte saber que realmente he disfrutado mucho con esta lectura.

Valencia, Hospital La Fe, hace unos días.

Varón, buen mozo, edad indeterminada, pero bien llevados.
Si tú lo dices...
¿Síntomas?

Alta subida de azúcar por romances con, mi vida, cariño, amor mio.

Ponle dos tochos de batallas en vena.¡,Urgente!

¡He encontrado un par de Falcones!
Se nos va.

No os llevéis a engaño. Los que me conocéis, bien sabéis que sufro una alergia hipotérmica, y llego a bizquear, cuando la "dulzura" del amor se cruza en mi camino.

Pero Siguiendo mi destino es una novela de aventuras, respaldada por buenos mimbres históricos y sostenida en una prosa que aun siendo actual, parece de la época, y ahí es donde se respira al buen escritor.

La obra está narrada por su protagonista, Diego Gómez de Padilla, que, desde su madurez, relata las vivencias pasadas del joven soldado que fue.

Para ello, viajamos a Madrid, el 2 de Mayo de 1808 donde López de María sin ocultar, pero también sin añadir excesos de crueldad, relata el levantamiento del pueblo contra las tropas napoleónicas y los posteriores fusilamientos en aquellas calles heridas de la ciudad.

Tras estos acontecimientos, nuestro intrépido Diego irá cambiando de destino defendiendo un bando nacional, que casi nunca está de acuerdo con su rey, Fernando (el de la gran manguera sin presión)

La novela es un fresco sobre la guerra de la independencia con algunas reflexiones interesantes.
Me alineo mucho con la idea de que Pepe Botella pudo ser un excelente monarca, con ideas modernas y reformas muy interesantes, rechazado por un país siempre algo retrasado y nunca dispuesto a ser gobernado por un extranjero.

En la segunda parte del relato, además de azúcar, viajaremos a México, que también se ha alzado en armas contra el más tonto de los Borbones.

Finalista del X Premio Hispania de Novela Histórica, Siguiendo mi destino posee todos los ingredientes de aquellas novelas de aventuras que nos hicieron crecer.


Gloria recompensa a mis sentidos con una prosa ágil, fluida y cuidada, demostrando que se puede narrar una buena historia prescindiendo de la violencia gratuita o el sexo explícito.

Novela muy recomendada para aquellos que dicen que ya no se escribe como antes e incluso, para diabéticos del corazón, como un servidor.