—Juraría que tu caballo acaba de intentar hablar. —Es que Caraid y yo hablamos continuamente. ¿Verdad, amigo? —Caraid relinchó de nuevo, mientras asentía enérgicamente. El desconcierto en la cara de Tavish provocó una carcajada en Greer. Era la primera vez en mucho tiempo que reía y le sentó de maravilla. La risa bailó en sus ojos intensificando el verde en ellos y el rostro se le iluminó de una forma tan dolorosamente encantadora, que provocó una reacción de intenso deseo en él. Creyó estar en presencia de un ángel y deseó hacerla reír tantas veces como fuera posible. Podría morir feliz con ella riendo a su lado. |