La vida que nos separa

Desde que leí "La ley de los justos" pensé que Chufo LLoréns es de esos autores que debía seguir de cerca, y además de los que debes tener en la recámara títulos para leer en el futuro a pesar de que no sean novedades. Una gran sorpresa fue descubrir que en las novedades se presentaba "La vida que nos separa", su nuevo trabajo a pesar de ya ser nonagenario.

En este título publicado también con Grijalbo se apreciaba una diferencia respecto a las 2 anteriores portadas que mantenían una línea paralela en el diseño y que se desarrollaban a finales del S.XIX y a principios del S.XX. (La portada de "La vida que nos separa" es una fotografía muy sugerente del artista de fotografía Leonardo Baldini)
"La vida que nos separa" nos lleva a los años 60 y 70 llegando incluso al final al principio de los 80, por lo que a través de las 600 páginas de desarrollo hay un espacio temporal muy amplio para que puedan ocurrir muchas cosas, y este motivo creo que es el que propicia que la lectura discurra a una alta velocidad y se termine mucho antes de lo que el grosor del tomo pueda conjeturar.

La estructura con 90 capítulos de breve extensión, se desarrolla en 2 partes:

La primera a través de 2 espacios temporales que se van intercalando capítulo tras capítulo, en uno de ellos arrancamos en 1961 donde la protagonista Mariana Casanova se encuentra en su adolescencia, la cual se desarrollará en una acomodada familia que pronto tendrá que poner de largo a su hija y velar para que algún joven que la merezca pueda asegurarle esa vida que cualquier chica de esta época anhela. Por otro lado encontramos a Mariana en 1977, momento en que ya está casada con Sergio y tienen 4 hijos, y es precisamente este momento cuando ella descubre que los tejemanejes empresariales y los delirios de grandeza de su embaucador marido no les llevará a ningún buen destino por lo que decide abrir los ojos para salvarse a ella y a su familia.

En principio las 2 ambientaciones están bastante equilibradas, ya que la de juventud presenta los primeros amoríos de Mariana que aporta un entorno de frescura, sin embargo los problemas del segundo escenario (el que podemos llamar actualidad, ya que es el presente de Mariana) nos relata la trágica realidad, por ello podemos hacer el símil de que estamos ante los sueños (años 60 y juventud de Mariana) frente al despertar donde te das cuenta de la realidad (año 77 donde empiezan los problemas con Sergio).
Todo ello está narrado al más puro estilo folletín, y aunque en principio los sucesos son verosímiles y posibles, el autor aumenta el dramatismo con algunos hechos o datos que resultan algo más grotescos (como la cantidad acumulada de deuda por Sergio), quizás este recurso sirva para tensar aún más la situación, creando un embrollo que pone en brete a la protagonista, no sabiendo si al final tomará el camino de lo que realmente quiere o lo que la aún rígida sociedad marca a las mujeres.

La segunda parte nos deja la confluencia de los 2 espacios temporales abriendo uno nuevo en el que se desarrolla la nueva vida de la familia que les lleva a Méjico, lugar en el que deberán comenzar de cero y abrirse camino.

La narración esta en 3ª persona omnisciente, esta fórmula permite que conozcamos la situación y el personaje de la protagonista desde fuera, una mujer valiente, comprometida y decidida, pero también nos permite descubrir las sombras de su clase, en las que Petra (sirvienta y niñera) recibe los desaires de la señora, momentos en los que no cae tan bien y seguro que te planteas si ella se ocupaba algo de los niños o dejaba todo en manos de "la chica".

En la obra prevalecen los personajes sobre la trama, ésta no nos proporciona un ramillete de giros o de subtramas sino que nos va dosificando los ires y venires de la vida de Mariana y de su entorno más cercano, tanto en Barcelona como en Méjico.
A pesar de llevar el peso, los personajes no llegan a ser tan numerosos como en las obras corales del autor, pero son los suficientes para permitir algunas historias paralelas, subtramas que serán fundamentales en la vida de la protagonista y que dan mucho juego para que el día a día te haga pasar página tras página.


CONCLUSIÓN:

Estamos ante una obra de uno de los grandes de la literatura de nuestro país. Tenemos un libro fenomenalmente narrado y en el que vuelan las páginas. Un trabajo costumbrista que nos recuerda los rigores de la vida de unos años no tan lejanos años, donde la sociedad imponía aún normas que nos parecen mucho más pretéritas, y donde para abrir una cartilla en el banco aún era necesario contar con la firma del esposo. (Hay un pasaje realmente curioso donde en los cursillos matrimoniales el sacerdote expone a Mariana sus obligaciones conyugales con el adalid de la familia, éste va a llegar cansado por el trabajo diario librado y la mujer no tiene que molestarle con las trastadas de los niños ni con sus pesares, sino ponerle una copa en la mano y prestarse a sus deseos en el lecho)

"La vida que nos separa" nos muestra a través de la facilidad del autor lo que puede variar lo que imaginaste con la realidad, y donde la vida no siempre va a unir ya que las bifurcaciones que aparecen son numerosas y tus elecciones marcan el final.

Personalmente no creo que sea el mejor trabajo del autor, entre otras cosas porque la época no es muy ideal o romántica como las de otras novelas , y quizás también por un epílogo final del que yo hubiese prescindido ya que me ha parecido demasiado previsible y acomodado.

Todo un perfecto folletín que no es más que la vida de una familia acomodada, una vida que no va a resultar tan cómoda como puede parecer, y narrada con el estilo elegante y detallista de Chufo Lloréns que hará que las 600 páginas se sucedan sin parar.

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