Ponte en mi piel

Pedro González es un personaje real de la historia española y francesa, no nació con ese nombre, pero si con el estigma del ser diferente, de destacar aún cuando no lo quisiera por su físico, pero que además, para quienes se lo permitieron, pudo hacerse ver por su inteligencia y sobrada capacidad de aprendizaje.

Siendo hijo de un rey, fue rechazado por los suyos y enviado a aplacar la ira de los dioses, pero se reveló y cambió su destino. Fue querido y aceptado por unos pocos, aunque nuevamente el ser diferente le arrancó de aquel refugio y hubo de llegar a una corte aún mayor, donde por una u otra razón fue cobijado por otro rey que reconoció en él su porte, y aunque de cierta forma lo convirtiera en su bufón, le permitió ser alguien. Ese ser, fue el salvaje gentilhombre de Tenerife, aquel que según dicen, inspiró el cuento de la bella y la bestia.

La novela se desarrolla mayoritariamente en la corte francesa de los tiempos de Enrique II de Francia y Catalina de Médici, donde nuestro insigne personaje vive, sufre y sueña, apoya a quienes debe fidelidad y ama en silencio respetuoso, dispuesto a dar todo lo que hay dentro de sí cuando alguien se atreva a aceptarlo tal cual es. La historia nos habla de sus logros, la novela nos cuenta como pudo ser su pensamiento y sus acciones.

Un libro que vale la pena leer y disfrutar.