La casa de la piel: 1

“La casa de la piel” es una de esas historias que tienen todos los ingredientes para atraparme desde la primera página: una escultora buscando su lugar, su momento, en la escena artística, un atractivo y peculiar mecenas que aparece en escena, una oportunidad única que cualquier artista emergente espera y una casa que, a modo de residencia artística, abre sus puertas a quienes esperan ser los protegidos –bailarinas, escritores, etc. – de los Deacon, esa familia que atesora arte y artistas bajo su techo.

La protagonista nos narra su propia historia en primera persona en la que es fácil dejarse llevar por esos glamurosos mecenas del arte. A partir de su llegada a la mansión se despliegan setenta páginas de puro thriller donde lo oscuro, lo extraño y lo tenebroso se unen bajo el paraguas de la creación artística, el papel del artista como creador y los límites del mercado del arte. ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la protagonista por conseguir sus sueños? ¿Es el artista un mero medio para su obra?

En esa casa que funciona como residencia artística y como museo a partes iguales lo siniestro se vuelve cada vez más evidente y la claustrofobia asfixia a cada página. Abrumada por la presión de crear y no decepcionar a sus mecenas, la protagonista empieza a intuir que algo no va bien, como si los objetos incluso la observasen, cambiasen de posición e intentaran comunicarse con ella...

Muchas gracias a la @editorialarde por descubrirme a @karinalickorishquinn (¡me quedo con muchas ganas de leer más de ella!) con un relato al más puro estilo gótico que me ha puesto los pelos de punta con cada giro inesperado y que es perfecto para inaugurar la esta nueva colección dentro de la editorial: ‘Cerillas' ❤️‍🔥

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Un pequeño relato de ficción donde lo extraño, lo gótico, lo oscuro, lo terrible, se unen. Por hacer una pequeña comparación, podría deciros que me ha recordado a la serie Black Mirror. Para mí, podría ser un guion propio de esa ficción.

¿Qué habita esa casa?, ¿el arte tiene límites?, ¿todo vale en el arte? Son preguntas que me han ido surgiendo durante la lectura.

Destaco la capacidad de Karina de brindarle vida a lo inanimado, a lo más remotamente insospechado. Una casa, un retrato, unas puntas de ballet… Es una habilidad especial para narrar ensoñaciones y envolver la historia con esa sensación.

Una manera de engatusar al lector, al igual que lo está la protagonista, en la búsqueda de ese componente mágico.

Esta pequeña novela -este relato- gótico tiene tintes de cuento gótico de terror. Tiene mucho de Shirley Jackson, creo. Lo primero que me llamó la atención es que, a mi modo de ver, es una recreación del tema de Barba Azul. Empieza con una premisa parecida a otro relato que leí en su momento (Bones (2000), de Francesca Lia Block): la asistencia a una fiesta super exclusiva por que el anfitrión se "encapricha" de ella.
En el relato de Lickorish Quinn se plantean , además de esa recreación de Barba Azul, la de Pigmalión, y en cierta forma, la de Hansel y Gretel y el Flautista. Se hacen tratos que tiene cierto nivel de engaño.
Pero creo que el tema esencial es el ARTE. Así con mayúsculas. ¿Esta todo supeditado al arte, incluso el artistas? ¿Quién decide lo que es arte? ¿Puede el arte ser más importante que la propia vida?
Estas cuestiones se plantean desde una perspectiva de terror al más puro estilo gótico, con una mansión que tiene, al parecer, sus propios intereses y deseos.
Una lectura inquietante, rápida y que deja muchas cuestiones en sus líneas.