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Viajamos a Paris para conocer a nuestro protagonista el comandante CamilleVerhoeven. Está casado con Irene, la mujer de sus sueños con la que espera su primer hijo. El libro comienza fuerte. Dos asesinatos en una casa que el autor describe con todo detalle consiguiendo transportar al lector al mismo escenario. Por esta parte considero que este libro no es apto para lectores sensibles. ¿Quienes son sus víctimas? ¿Que tienen en común? ¿Son sus primeros crímenes? El personaje de Camille me ha gustado mucho ya que pese a que muchos consideran que su baja altura puede ser un problema para desempeñar su trabajo se ha ganado el respeto de todos sus compañeros y el de la opinión pública. La narración es simple y fluida, no se hace pesada en ningún momento, no peca en descripciones innecesarias y va directamente a los hechos. La policía recibe cartas del culpable, estás partes me han encantado para poder conocer sus pensamientos. Los crímenes que nos muestra a lo largo de la lectura rinden homenaje a diferentes títulos de novela negra, algo que me ha parecido muy original y me ha gustado como lo ha hilado el autor. La parte romantica me ha gustado en su justa medida aunque en esta parte no he llegado a empatizar con Camille. El final no podía ser de otra manera, una parte me ha resultado previsible y la otra ha conseguido sorprenderme. El epílogo es todo un acierto, la historia queda abierta pero cerrada por lo que estoy deseando leer su continuación. |
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Crítica de laratitadelibros
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