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Esta es la segunda parte de la tetralogía de Pierre Lemaitre con el inspector Verhoeven como protagonista. Un thriller con todas las letras y en mayúsculas, así puedo describir este libro. Ácido, agónico, espeluznante en muchas ocasiones, y en otras he sentido muchísima repugnancia, ya no por los hechos de los personajes, si no por sus actitudes, y no solo en lo que se refiere a los crímenes físicos como tal. En esta ocasión, me encontrado con un fondo en la historia que me ha puesto los pelos de punta, solamente de pensar en la falta de empatía de las personas. Queda demostrado que de este autor no te puedes fiar, las primeras impresiones no son lo que parecen, porque es un experto en dar, no uno, sino varios giros de tuerca hasta llegar al final de la historia. Pierre Lemaitre lo ha vuelto a conseguir, unrelato increíble, con unos personajes, que me han despertado toda clase de sentimientos. Y con un final nada previsible que me ha dejado un regusto amargo y muchas ganas de seguir leyendo más libros suyos. |
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