Matar a un ruiseñor

Uno de mis “eternos pendientes”, en serio, desde pequeña, lo veía, lo quería leer y nunca me atreví… hasta ahora. Tampoco vi la peli por no fastidiarme lo que podría llegar a sentir.
Y ha sido un bombazo, de verdad, tiene más de 300 páginas pero se me ha hecho muy corto. Me encanta Scout, me chiflan los valores que los hermanos aprenden de su padre ¡y está escrito en 1960!, una novela inolvidable que habla de lo peor y lo mejor de la sociedad, un reflejo de todos los que nos encontramos cada día en la mirada de los otros, del miedo a lo desconocido, en esta época les tocaba a los negros, luego serían las mujeres, ahora los homosexuales ¿a quién le tocará próximamente?
Pero también habla de inocencia, de personas que se niegan a sentir ese odio, que ayudan sin pedir nada a cambio y sin mirar cómo es el tomador de la misma.
Los personajes son muy entrañables y la trama está muy bien escrita, de esas que se tienen que saborear lentamente. La parte del juicio es magnífica y me ha mantenido en vilo hasta la sentencia. La parte final es la más intensa, no podía dejar de leer.
Pues prefiero ser como Atticus, vivo y dejo vivir. Una lectura muy recomendable