Matar a un ruiseñor

"Hasta que temí poder perderlo, nunca me encantó leer. A uno no le encanta respirar."

Llegué a Matar a un ruiseñor sabiendo solamente que había sido adaptado a la gran pantalla, convirtiéndose rápidamente en un clásico del cine; pero sin conocer nada respecto a su trama o personajes. Cuando lo comencé a leer descubrí un libro maravillosamente escrito, con algunos de los personajes más complejos y humanos jamás creados, escenas inolvidables y una historia que puede parecer, a priori, simple y sencilla, pero que goza de varias capas que le proporcionan una increíble actualidad. Sin embargo, esto se puede decir de gran cantidad de libros, pero yo sentí algo con este que no se ha repetido en igual medida con ningún otro: su narración me inspiró tal paz, tranquilidad e intriga a la vez que no lo podía parar de leer, sin sentir en ningún momento pesadez, e incluso releyendo los capítulos ya había acabado para alargar la experiencia. Mi conexión con esta obra fue tal que a veces, si no me siento animado, vuelvo a leer ciertos capítulos, especialmente el 8.

No voy a decir nada sobre la trama del libro, solo que es una historia sobre la infancia y la defensa de las minorías. Creo que es una obra que todo el mundo debería leer, pues estoy seguro de que no quedarán indiferentes ante el bello estilo de Harper Lee, independientemente de sus temas, pero que además goza gracias a ellos de gran actualidad tras los sucesos ocurridos en los últimos años.

Mi único "pero" es su final, a mi parecer un poco apresurado, pues, aunque muy bien narrado, la acción transcurre a gran velocidad en comparación con el resto de la novela. La autora cumple con esto su intención de crear una tensión final, y cierra magistralmente la obra. Sin embargo, tras un viaje que tanto disfruté, me hubiera gustado poder terminarlo de una forma más lenta. Entiendo que el problema es mío y no de la obra, ya que lo que más temía era que esta acabase.

En resumen, Matar a un ruiseñor es una novela perfecta para leer en los días fríos de otoño e invierno y sentir la calidez de las palabras, que encierran, en una lectura más a fondo, una gran historia sobre temas universales de gran importancia.