Matar a un ruiseñor

Una novela conmovedora, la primera parte nos describe con todo lujo de detalles, la infancia de Scout, una niña de seis años que vive en un pueblecito de Alabama en el año 1930.
Es época de racismo puro, donde el pueblo está partido en dos: los que aborrecen a los negros y los que conviven con ellos sin muchas afectos.
Pero Scout, vive con su hermano Jem de 9 años, su padre Atticus, abogado y Calpurnia, una mujer de color negro, que quiere a los niños y ellos a ella, porque representa la figura materna que no tienen por ser huérfanos de madre.
La figura de Atticus es ejemplar. Es un hombre de leyes, justo con las personas, de carácter sociable, muy estricto con sus hijos, porque quiere inculcarles toda esos valores que el considera que deben aprender sus hijos, pero a la vez muy cariñoso con ellos.
La vida de esta familia se verá truncada cuando Atticus debe defender a Tomás Robinson, un hombre de raza negra que es culpado de violar a una joven blanca.
Ahí empiezan los ataques de la comunidad contra Atticus, que defenderá a Tomás con todas las leyes que el sabe. Me encantó todo lo que van pensando y hablando Scout y su hermano durante el juicio. Y sobre todo el orgullo como defiende Jem a su padre cuando le insultan de ser un "ama-negros"
Es duro leer como, a sabiendas que no siendo Tomas culpable, por su incapacidad física y las pruebas que van a su favor, sólo por ser "negro",es condenado.
Me ha encantado el final, cuando Scout conocerá, a raíz de un grave percance, un personaje del pueblo que ella quería conocer y ver al menos una vez en la vida.
Estamos en el 2022.Por desgracia sigue existiendo el racismo, es una lucha continua por intentar irradicar ese fanatismo que los blancos son buenos y los negros malos, a sabiendas que no existe una predisposición a la violencia, que dependa del color de la piel sino de los pocos valores que tiene la sociedad.
No es una novela de acción, la trama es lenta y delicadamente escrita desde la perspectiva de una niña de 6 años.
Los ojos de los niños son puros y no entiende de maldades sino de la educación y los valores que le inculcan en casa.