Las hijas de la tierra

En el libro seguimos los pasos de Gloria, que vive en las hurracas a finales del siglo XIX con sus hermanas, hermano y padre. La parcela de la familia tiene las viñas dormidas desde hace años y el hecho de que su madre muriera en extrañas circunstancias y que las tres hermanas sean pelirrojas hace que el pueblo piense que están malditas. Y efectivamente lo están, aunque hay muchos tipos de maldiciones.
La ambientación de la novela es maravillosa, entre realidad y suspense, reflejando la posición de la mujer y la lucha de ellas por ser alguien y es que cada hermana cumple un papel en este libro mostrando una realidad que por suerte estamos superando aunque a veces cueste de creer.
No es un libro del todo feminista ya que por la época en la que está ambientada, no se podría hablar de ello, pero sí machista, y como la percepción de los hombres ante mujeres que no se callan ya las tachan de endemoniadas ya que si hay algo que odian los hombres, son mujeres que salgan de la regla.
Y las tres hermanas luchan por hacerse un hueco en el mundo, por luchar por lo que es suyo. Por conseguir tener voz y no callar. A parte de las tres protagonistas que son magníficas, hay otros personajes femeninos que de mayor o menor manera, son fuertes también y luchan en un mundo de hombres.
Gloria, Teresa y Verónica son las tres hermanas y protagonistas y cada una tiene un papel y la que mas me fascina es Verónica, que ayuda más con la ambientación mágica y oscura.
Como he dicho sí hay una maldición, o varias incluso, lo que le da esa sensación al libro de realismo mágico y ambientación oscura al libro pero también trata sobre el vino y sobre la fuerza de la familia y de tres hermanas malditas. La vendimia tiene protagonismo pero está escrito de tal manera que consigue atrapar mi atención y que me interese todo el proceso del vino y me frustre si no hay frutos y me alegre si llueve en una tierra quemada por el sol. En la sinopsis parece que tiene que tener un papel importante y principal el tema de los viñedos (y de hecho fue lo que no me acababa de convencer para leer este libro) pero la autora hace magia con sus palabras y consigue que el proceso me interese.

La autora le da mucha importancia también a la escenografía, detallando el ambiente, las estancias, los tejidos y costumbres, incluido la luz, a veces dorada y directa y muchas veces diminuta creando sombras y demonios en la oscuridad, para que la inmersión en el libro sea mayor.

La trama tiene ritmo y aunque el mayor plot twist sucede a menos de la mitad del libro, no pierde ritmo ni interés aunque ya haya pasado la mayor sorpresa. Estoy acostumbrada a finales apoteósicos, a libros donde todo el argumento se ha ido preparando para el desenlace frenético. Y en este caso la estructura no me ha parecido del todo así e igualmente lo he disfrutado mucho. No quiere decir que el libro pierda importancia, sino que después cobra muchísimo mas interés.

Con el final he tenido un sabor agridulce pero también ha sido una lección de aprendizaje ya que me obliga a autoanalizarme y pensar en lo que es el castigo y lo que es un castigo para mí, no lo es para otra persona y viceversa. La autora tomó la mejor decisión aunque a mí me tenga que autoconvencer de que dicho final es el indicado.

Conclusión.

Las hijas de la tierra ha sido un libro oscuro que habla sobre maldiciones en una familia con muchos secretos y en mujeres que viven en un mundo gobernados por hombres. La ambientación está muy bien realizada consiguiendo que el libro te atrape y que no lo puedas soltar, incluso si ya te lo has acabado.

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