El nombre del mundo es Bosque

En El nombre del mundo es bosque (¿no es una preciosidad de título?) continuamos descubriendo pinceladas sobre el universo del Ekumen a través de la maravillosa prosa de la autora, siempre tan poética. Es éste quizá un libro menos profundo y de lectura más ágil, facilitada además por su corta extensión. Pero eso no quiere decir que no sea duro, hermoso y que no aborde algunos de los temas recurrentes de la autora: la ecología, el racismo, la xenofobia, el machismo, ese horrible don del ser humano de destruirlo todo a su alrededor.

Una lectura que transmite, absorbe, remueve, desgarra y deja poso para siempre.

«La ecología de un bosque es muy delicada. Si el bosque perece, la fauna puede extinguirse junto con él. La palabra que para los athshianos designa el mundo designa también el bosque.»