Es el cuarto policial que leo de la autora sueca y creo que es el que más me ha gustado porque conlleva humor y tiene menos personajes. En este tomo Erika, la escritora y Patrick el policía van a reencontrarse y amarse. Erika descubrirá a una amiga de infancia bañando en su sangre... Y el asesino tarda en aparecer en esta pequeña ciudad donde abundan los secretos bien enterrados y que más vale no desenterrar. Un buen suspenso, algo laborioso. |