Cuarta entrega de esta larga saga ambientada en un pueblo de la costa oeste de Suecia, en la que de nuevo, los accidentes no son lo que parecen y que Patrick deberá descubrir, de nuevo, sin la ayuda de su pareja, Erica, porque ella sigue demasiado ocupada con los preparativos de boda y su nueva profesión de madre a tiempo completo. La novela está bien escrita, pero no tiene la fuerza que encontré en la primera ni de lejos, la trama es interesante, pero la falta de acción por parte de la protagonista iniciadora de la saga me ha cabreado mucho. Seguiré con la serie, por supuesto, ya que estamos, quiero ver porqué tiene ha mantenido enganchada a tanta gente durante los 11 libros que contiene. Lo aconsejo a los que gusten mucho de novela negra. |