Tercera entrega de Los misterios romanos, que sin duda hay que leer en orden. Aquí continuamos la historia donde la habíamos dejado en el anterior libro. Tras la erupción del Vesubio, Flavia Gemina y sus amigos se enfrentan a sus consecuencias en el campo de refugiados y a las personas que se aprovechan de esa clase de catástrofes para hacer el mal. Es complicado no hacer una similitud con lo vivido recientemente con el Cumbre Vieja, una catástrofe así saca lo mejor y también lo peor de la gente. Como es costumbre en esta saga hay un misterio que descubrir y al mismo tiempo seguimos aprendiendo cosas sobre las costumbres de la antigua Roma. No voy a decir mucho más del libro, como los dos anteriores es muy recomendable y muy didáctico. Sin duda seguiré con las aventuras de Flavia y compañía. |