Como agua para chocolate

Tita es la más pequeña de tres hermanas y su destino está escrito justo el día que nace: por tradición, ella nunca podrá casarse y formar una familia ya que la hija más pequeña de la familia tiene el deber y la obligación de cuidar hasta la muerte a su madre, algo que mamá Elena intentará que cumpla por todos los medios.

Pero cuando Pedro aparece en la vida de Tita y se enamoran de una manera profunda y pasional, comenzará la rebeldía de Tita y una historia de amor basada en la tragedia.

Sin duda, lo que más destaco de esta novela es la forma en la que está escrita. A través de doce meses y doce recetas, se narrará la vida de Tita: la relación con su madre y sus hermanas, su historia con Pedro, sus recuerdos de la infancia, sus reflexiones sobre las exigencias de la sociedad cuando eres mujer y su amor por la cocina.

La cocina también es un aspecto muy importante en la novela ya que Tita es capaz de transmitir a través de sus platos las emociones que la embargan en ese momento, haciendo que aquellas persona que prueban su comida las pueda sentir profundamente.

Otro punto a favor, es el realismo mágico que envuelve la novela. He disfrutado muchísimo de las partes narradas con este estilo y de las metáforas que hay detrás de ello. Y el final me pareció muy poético y bonito.