LOS COMBATES COTIDIANOS 01

Hace como un millón de años leí una crítica de esta serie de cuatro volúmenes que me gustó y lo apunté en mi lista de lecturas pendientes, hasta que por fin he dado con ella en la biblioteca y me he decidido a empezarlo.

En este primer tomo conocemos a Marco, un fotógrafo de guerra que se encuentra en plena crisis personal. Retirado temporalmente de su trabajo, decide mudarse al campo para reencontrar las ganas de fotografiar y alejarse de diversos estímulos que agravan sus frecuentes crisis de ansiedad. A través de los encuentros con su psicólogo, su hermano o sus padres, vamos conociendo más en profundidad al personaje, estableciendo su lugar de partida emocional y hacia donde va a evolucionar (cosa que iremos viendo en los siguientes tomos).

En el campo se topará en varias ocasiones con un anciano con el que mantiene conversaciones relevantes, pero su reciente amistad se verá truncada por el descubrimiento de Marco de la verdadera identidad del anciano. También conocerá a Emilie, la veterinaria, cuando lleve a su gato Adolf (por lo malvado) a la clínica. Ambos se gustan y empiezan a salir, pero pasado un tiempo ella quiere que la relación avance y él no, lo cual les pondrá en un punto de no retorno con respecto a su relación.

Lo que hace sumamente interesante este cómic es cómo ahonda en sentimientos con los que podemos empatizar perfectamente porque lo más seguro es que hayamos experimentado alguno de ellos en nuestras propias carnes. Desde el miedo al compromiso o la ansiedad por aquello que no podemos controlar hasta la sensación de sentir que ya no encajas en la vida que llevas, Marco se convierte en un filósofo a pie de calle al analizar cómo se siente con respecto a su vida y todo lo que le rodea. Y su desenvolvimiento frente a esos combates cotidianos es lo que da humanidad al personaje, algo nada sencillo si se piensa friamente. Estoy deseando seguir con la historia para ver hacia dónde nos lleva Marco.