Creo innecesario a estas alturas hablar en detalle de Luis Landero, pues su fama de ser uno de los mejores narradores en lengua castellana lleva labrándosela desde hace mucho. En este caso nos entrega una historia de ficción sobre conflictos familiares que bien podríamos reconocer en el mundo real, tratada con una exquisitez absoluta pese a lo dura e incluso descarnada que puede resultar en ciertos momentos. Landero demostrando una vez más que cuando se narra de forma tan maravillosa, basta con una historia trivial para atrapar al lector.
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