La que debería ser nuestra protagonista se llama Aurora, pero Aurora sabe escuchar (una capacidad que no muchos ejercitan hoy en día), y la han convertido en la eterna confidente, reduciéndola a alteridad. Son los demás personajes los que se adueñan de la historia, silenciando la voz de ella a través de relatos e historias del pasado, que son lluvia fina, que van calando (y calándola). Landero narra a través de historias familiares una realidad que me es demasiado conocida como para resultarme soportable. Escribe muy bien, lo que viene a significar que me ha dejado con cierta sensación pegajosa al leerlo, de desagrado, de cansancio abismal, de desconfianza y hastío hacia las personas. Es un libro que se lee muy rápido, pero que agota. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |