Una arruga en el tiempo

Tengo que empezar reconociendo que no es una historia fácil, cuesta entrar en ella, su estilo no es el que estamos acostumbrados a ver en la literatura juvenil, quizá porque fue escrito en 1962 o quizá porque soy una adulta y ya no soy capaz de ver maravillas con ojos infantiles (esto último me da mucha pena…).

Una arruga en el tiempo está escrita para hacernos ver que los niños son mucho más inteligentes de lo que nos creemos siendo capaces de ver y entender cosas que a los adultos les cuesta más trabajo. Por eso la autora explica a su manera el cómo y el porqué de la ciencia que utiliza en su historia. No se limita a decirnos que viajaron en el tiempo, nos cuenta cómo lo han hecho…

Su protagonista, Meg, es un personaje bastante antipático. Cuesta acercarse a él con cariño, es caprichosa y se enfada por todo. A pesar de ser inteligente y mucho, siempre lo hace todo de forma poco convencional y cuando le intentan enseñar el modo convencional se ofusca y le echa la culpa a cualquiera a su alrededor de lo que ella no es capaz de hacer.

Su hermano pequeño, Charles Wallace, sí que sorprende. A su corta edad es capaz de ver y entender muchas más cosas que el resto del mundo. Su capacidad y comprensión de todo lo que le rodea hace de él un personaje extraño, pero especial al que se le coge rápidamente cariño.

Y, por último, tenemos a Calvin, quizá el único personaje “normal” en cuanto a personalidad de los tres. Es un chico con una vida dura que “siente” que debe acompañar a sus vecinos Meg y Charles en la aventura que van a emprender. Es el toque de realidad en este viaje de fantasía.

En cuanto a la historia reconozco también que me ha resultado confusa por momentos porque la autora da saltos entre escenas muy rápido. Y las explicaciones o son científicas o no hay. La idea de utilizar “arrugas” para viajar en el espacio y el tiempo es fantástica pero el desarrollo de la aventura queda como suelto, desdibujado.

El malvado contra el que se enfrentan nuestros protagonistas es bastante terrorífico, es la maldad pura aprovechándose de nuestras debilidades. Aunque los enfrentamientos, sobre todo el final, resulta quizá un poco rápido y precipitado.

En cuanto a las inclinaciones religiosas que incluye la autora o las críticas veladas a sistemas político-económicos comunistas sinceramente solo serán apreciables por mentes adultas que vayan buscándolos. No los verás si no los buscas y solo lees el libro en busca de diversión y entretenimiento. Pero sí que están…

Un libro realmente raro y extraño que es difícil dejar de lado hasta su final a pesar de que falten explicaciones y tenga muchos saltos argumentales inexplicables. Quizá está escrito para una mente más joven sin tantos prejuicios ya establecidos pero aun así hay que darle el mérito que merece por la época en la que fue escrito y la intención de acercar la ciencia a los más jóvenes.
Enlace: https://lecturadirecta.blogs..