La insoportable levedad del ser

Leer es buscarnos. Los libros que mas nos gustan son precisamente los que nos hablan de nosotros mismos. Lo que somos o lo que podemos ser. Por eso consumimos novelas, por la ególatra necesidad de buscar sentido a nuestra vida en las palabras y en las historias de otros. Por vernos reflejados, por escuchar de otros lo que hemos o no hemos vivido. Y eso queda mas claro que nunca cuando lees esta novela. Particularmente me ha gustado el personaje de Teresa y su intrincada relación con la literatura, como la usa de escudo emocional para las traiciones de Tomas. Rescato la pregunta que nos propone durante la novela:¿Qué condición debe verse como negativa: el amor que nos ahoga con su peso y por ende ahoga a la otra persona o el ligero, el amor inestable y sin compromisos que no enraíza en ninguna parte?

Había escuchado comentarios tan polarizados sobre esta novela que al principio estaba genuinamente preocupada de no tener el acervo filosófico necesario para entenderlo, pero creo que no es tan necesario como lo hacen ver otras reseñas ya que las ideas que se discuten a pesar de tratarse con profundidad son completamente universales. ¿Quién no ha sentido celos, amor, excitacióny confusión?...


Sobre la narración y las técnicas no hay mucho que decir excepto que es bastante fluida, ligera, sigue una misma línea cronológica pero tampoco con mucho rigor. Las tres primeras secciones del libro parecen centrarse mas en las relaciones y en encontrar un punto medio entre lo que deseamos y lo que tenemos mientras las ultimas tres tienen un tinte mucho mas político, de denuncia social sobre la situacion politica de la extinta Checoslovaquia. Si bien, no tiene tanto de emocional como la primera parte me gusta mucho el tinte mas pesimista, mas crudo que tiene, conocemos al personaje de Franz y los conflictos de su matrimonio y a su vez como esta subyugado a la imagen de esta amante que se fue, Sabina.
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