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Continuamos el camino de la heroína, en el que Mía tiene que enfrentarse a nuevas situaciones con las que no contaba. Su plan no preveía que el Sacerdocio conociese sus planes y atacasen al mismo tiempo que ella intentaba a cumplir con su venganza. Con lo que Mía tampoco contaba era con que su aparente victoria en su venganza tampoco fuese una victoria, ya que había una pequeña triquiñuela. Pero gracias a la misma Mía pudo conocer a su hermano y embarcarse en una auténtica aventura con sus viejos amigos y los nuevos que van apareciendo poco a poco. Esta última novela continúa con el mismo ritmo que los anteriores. Cada paso en la aventura es todo un frenesí de destrucción imprevisible, lo que hace que te lleves más de una sorpresa. Mía continúa evolucionando, madurando y aceptando a la fuerza su destino, aunque sea a regañadientes. También descubriremos la letra pequeña de su destino, y como se creo ese mundo al que pertenece y la hace tan especial. Los secretos salen todos a la luz y las muertes se dan a cada paso. En definitiva, es muy fácil de leer, rápido y entretenido. Los personajes continúan sorprendiéndonos al igual que la trama y tiene detalles increíbles como las notas de autor y los momentos metaliteratura, que fue toda una sorpresa y dio juego a muchas buenas escenas. |
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