En junio de 1933, la ley para la Protección de la salud hereditaria estableció los criterios para la esterilización obligatoria. Entre quienes serían esterilizados se encontraban: los retrasados mentales, los maniacodrepresivos, los esquizofrénicos, los epilépticos, los ciegos y sordos hereditarios, y los alcohólicos, entre otras personas que sufrían malformaciones físicas o con crecimiento detenido. Una vez que esta ley fue implementada, cerca de cuatrocientos mil ciudadanos alemanes cayeron víctimas de ella