Wallace es un hombre de negocios, que vive por y para el trabajo. Lo demás no importa, especialmente las personas que le rodean. Muere de forma repentina y se da cuenta, a través de las conversaciones con su Segadora, su barquero y los otros personajes que le acompañan en la última morada a la espera de que cruce la puerta, de que estaba muy solo. - al empezar la lectura mi impresión es que ésta novela avanza muy despacio, la narrativa es muy lenta y descriptiva. No se sabe muy bien hacia adónde nos quiere llevar el autor. - Hugo me pareció demasiado tranquilo y sin carácter. -Wallace pasa muy pronto de ser un ogro a un osito de peluche. - No me esperaba el toque de romance de éste libro. Aunque se ve venir desde el principio, pero no me encajaba, incluso me negaba a que hubiera romance. -El abuelo y sus travesuras son lo más. Ésos momentos divertidos que propicia rompen otros trozos tan profundos y llenos de sentimientos que parece que se eternizan. - El final me ha sorprendido y me ha gustado. Es verdad que los capítulos se me hacían largos, pero al final me he quedado con ganas de más Wallace y Hugo. - Toca temas como la enfermedad infantil, la negación al duelo, el suicidio o el asesinato. - Reconforta en su idea de que hay alguien para ayudar a los que mueren en su tránsito al otro lado. Tiene buenas frases, muchas reflexiones y muy profundas. Me ha gustado leerlo, los personajes terminan llegándote al corazón. |