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Cuarto volumen de a serie La Torre Oscura y bajón narrativo de una saga que hasta ahora iba muy bien.La trama principal apenas avanza y el señor King nos dedica un tomito de 1000 páginas para mostrarnos un larguísimo flashback sobre el origen de Roland, reconstruyendo su origen y descubriéndonos la hasta ahora misteriosa Susan que tanto le marcó.Esto, en principio, no debería ser malo pero el problema es que el libro se convierte en un libro de aventuras y amores juveniles que acaba consiguiendo lo contrario que pretende: desmitifica la figura principal de la historia, el Pistolero Roland, hasta ahora un misterioso y carismático personaje, ausente de emociones y del que incluso dudabas de su lealtad.Sus andanzas juveniles le convierten en un adolescente al que, como suele ser habitual, le puede más la bragueta que la cabeza y simplifica su transformación en una trágica pérdida de su amor junto con la influencia de una misteriosa bola mágica que destruye el alma de quien la ve.Volumen de transición, que los fans de la saga nos tragamos en espera de que los siguientes retomen el ritmo original.
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