Cuento que demuestra que King se desenvuelve bien en cualquier ámbito. Ya lo hizo con la novela “Los ojos del dragón” con la que representó su faceta de escritor de fantasía, y con esta breve pieza adopta la figura de cuentista. Es un relato realmente bueno. Con ese tipo de inicios tan buenos que caracterizan los cuentos memorables.
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