La larga marcha

Tengo el reto personal de leer al menos un libro de Stephen King al año. Este le ha tocado a "La larga marcha" y, como acostumbran los libros del autor, ha sido adictivo y turbador.
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En este caso Stephen King nos sumerge en un mundo distópico gobernado por militares en el que cada año se celebra una marcha que reúne a cien adolescentes. El ganador tendrá todo lo que desee durante el resto de su vida, los otros noventa y nueve morirán. A pesar de que la premisa de la que parte la novela es bastante sencilla y que la trama tiene como único escenario la carrera, la historia es sorprendentemente entretenida. No voy a negar que he echado en falta que profundizara en el contexto político y social que rodea la carrera. Sin embargo, la historia brilla gracias a sus personajes. Me sentí muy involucrada con ellos: con sus motivaciones, preocupaciones y dudas.
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"La larga marcha" no es una novela de terror, pero es un relato extremadamente sobrecogedor que habla de la muerte. del miedo a esta y también de la fascinación que provoca y el espectáculo en el que puede convertirse. Durante la historia vemos como la marcha es retransmitida por la radio y la televisión, como se hacen apuestas y como cientos de personas se agolpan en la cuneta para vitorear a los marchadores y con "suerte" ser testigo de algún ajusticiamiento. Algo que por otra parte no nos pilla muy de sorpresa, solo hay que echar la vista atrás y recordar los espectáculos de gladiadores o la fiesta que suponía la guillotina... pero trasladar eso a nuestra época pone, como poco, los pelos de punta.
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Hasta ahora no ha habido una novela de Stephen King que no me haya gustado. Esta me ha perecido realmente buena, agónica y desesperante, pero con un final precipitado. En las últimas páginas la historia se acelera hasta un final que, aunque no es malo, es brusco. Aún así, es una lectura que recomiendo si no os importa pasarlo un poco mal y buscáis entretenimiento.
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Seguiré con el autor porque nunca me decepciona