La larga marcha

Esta novela ya empieza de una forma muy curiosa: está publicada bajo seudónimo porque al autor le dijeron unos editores en su día que estaba acaparando el mercado editorial. Hay una nota / entrevista al principio donde el propio King explica lo que pasó.

El libro está escrito en tercera persona y pasado con Ray Garraty como protagonista y otros chicos que participan en la Larga Marcha como secundarios. Unos desconocidos que a cada paso que dan se van convirtiendo en su círculo íntimo.

Me ha sorprendido la fluidez de la narración. Pensaba que iba a ser mucho más cargada y difícil de comprender.

Los personajes, a diferencia de lo que pueda parecer, se identifican muy bien y no los mezclas a lo largo de la lectura. Además, cada uno aporta algo a la Marcha (y la historia): uno es el filosófico que pone nervioso; otro el paleto que no lo es tanto y que tiene dos carácteres, el gracioso o el gruñón; también está el chulo; el soñador; el toca narices... Pero en todos ellos vemos una grandísima evolución a lo largo de las páginas.

Los participantes se van ajando según transcurren los kilómetros y están a la merced del clima y de las horas sin descanso. Los pensamientos sobre la muerte y algunas reflexiones que hacen, que en ningún otro momento se les habrían ocurrido, dan que pensar

Los capítulos son muy largos (+30 pags.). Yo no soy fan de esa extensión y, por eso, durante los primeros días solo leía un capítulo diario, porque empezar otro eran un montón de páginas por delante.

Una cosa que no me ha gustado nada es el secretismo en cuando a lo que es la Larga Marcha en sí. Si no lees la sinopsis no tienes ni idea de lo que está pasando. Sí, un grupo de 100 chicos deben caminar sin descanso hasta que solo quede uno. ¿Pero cómo se ha llegado a eso? ¿En qué clase de sociedad viven para que eso sea el entretenimiento anual? ¿Por qué solo varones, menores de 18 años? ¿Quién es el Comandante? ¿Qué pasa con la gente que se llevan los Escuadrones por hablar mal de él o de la Larga Marcha? Demasiadas incógnitas.
Cerca del final, cuando quedan ya menos participantes, en algunas conversaciones sale a relucir el tema de su propio ingreso en la competición y algunas anécdotas del pasado. Pero para mí no ha sido suficiente.

Es un libro publicado en 1979 y se nota por el racismo, machismo y homofobia de algunos comentarios tanto de los Marchadores como en la propia narración. Por otro lado: Stephen King, nunca, jamás, se te ocurra probar con la literatura erótica.

Iba con muchos miedos e ideas preconcebidas sobre el autor, pero creo que se me han desmontado muchos mitos.

Puedo decir que mi primera experiencia con Stephen King, el rey del terror, ha sido muy buena. No digo que de pronto me vaya a lanzar a sus libros más oscuros, pero sí que quiero leer algo de este terror más light.