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Crítica de Lit


Lit
14 October 2019
Un crimen atroz ha sacudido la comunidad de Flint City: un niño ha sido brutalmente asesinado y todos los testigos y pruebas apuntan hacia uno de los habitantes más queridos por todos, el entrenador Terry Maitland. A medida que la investigación avanza, los inspectores asignados al caso se dan cuenta de que están frente a un caso extremadamente raro, pues no solo existen pruebas y testigos que lo incriminan, sino que también existen pruebas que demuestran que Terry estaba en otra ciudad el día del crimen.

¿Cómo es posible que Terry estuviera en dos lugares a la vez? ¿Cómo explicar esos pequeños detalles que no se entienden? ¿Qué hacer frente a un caso que parece esconder algo más?

El visitante es de esas rarezas en la bibliografía de King en las que el inicio atrapa por completo gracias a que el libro tiene dos partes claramente diferenciadas: en la primera podremos leer los interrogatorios a los testigos además de la detención de Terry Maitland y el posterior juicio.

Son los interrogatorios los que consiguen atrapar al lector, la claridad con la que se nos describen los hechos, como poco a poco vamos descubriendo todas esas pruebas que incriminan al entrenador por más que no tenga sentido alguno que se haya expuesto tanto. La posterior detención, en pleno partido y frente a medio pueblo, desacertada por culpa del miedo que provoca que este asesino haya tratado con los niños de medio pueblo y esa segunda trama que va aumentando la sensación de fatalidad inminente nos llevan de cabeza al giro de la historia y, de ahí, directos a la segunda parte.

El detective Ralph Anderson no está satisfecho en cómo se ha desarrollado el caso, no solo porque estén apareciendo pruebas que demuestran la inocencia del acusado, sino ya desde el inicio pues Terry Maitland había sido el entrenador de su hijo y nunca había sospechado nada. Por otro lado, tampoco se explica cómo alguien puede exponerse tanto tras cometer un crimen tan atroz.

Tras el giro de la primera parte, Ralph, junto a otros hombres, estará más decidido que nunca a llegar al fondo de este asunto, por lo que decidirá pedir ayuda a un antiguo conocido, encontrando en su lugar a Holly Gibney, quien no dudará en investigar un poco más tras saber los detalles del caso, pero ¿cómo convences a alguien escéptico de que puede haber algo sobrenatural en este caso?

Está claro que el mayor atractivo de este libro para mí ha sido poder reencontrarme con Holly Gibney, no solo porque tras tres libros ya estuviera encariñada con ella, sino porque me fascina la evolución del personaje desde que la conocimos por primera vez, cuando era un personaje secundario que casi eclipsaba al protagonista. Además, Holly no encaja para nada con la típica protagonista de libro, no es ni joven ni bella y sus problemas mentales consiguen hacernos dudar de su capacidad, aunque solo cuando la conocemos pues pronto demuestra que puede ser más, mucho más de lo que le permite su madre y, gracias a la ayuda de Hodges, Holly empezará a brillar con luz propia, dejándonos una de las evoluciones de personaje más marcadas que he podido ver en los últimos tiempos.

Otro punto fuerte de esta historia es el caso en si, pues King refleja a la perfección el escepticismo de los personajes frente a cualquier explicación sobrenatural, a pesar de que todas las pruebas apuntan a ello. Estoy acostumbrada a historias en las que el culpable es un fantasma o cualquier otro monstruo más común y, a menudo, los personajes lo aceptan sin casi rechistar, demasiado fácilmente, por lo que este libro ha sido un soplo de aire fresco por dos motivos: porque al conocer la verdadera identidad del culpable King ha conseguido arrancarme una sonrisa, pues no se trata de un ser sobrenatural que nos hayamos cruzado nunca en un libro de terror pese a ser uno que todos conocemos y porque de todas las personas que acompañarán a Holly en esta segunda parte, la gran mayoría no creerán su versión de la historia fácilmente, seguirán con sus dudas e intentando buscar una explicación “lógica” hasta el final.

En cuanto al cierre de la historia… me estoy acostumbrado a estos cierres acelerados en el autor. Como dice Ray de Érase una vez, parece que King lía tanto sus historias que llega un punto en el que ni él mismo sabe cómo darles cierre, por lo que es habitual que sus finales sepan a poco. Pero es algo que le perdoné fácilmente cuando anunció la publicación de If it bleeds, la nueva novela de Holly Gibney.
Enlace: http://pajaraslectoras.blogs..
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