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Stephen King nos lleva en este libro de la mano de la familia Torrance a conocer el emblemático hotel Overlook. Al hotel le hace falta un encargado que lleve el mantenimiento del mismo durante los duros meses de invierno, sobre todo para que vigile que la caldera no suba la presión y provoque una desgracia. El elegido para esto es el escritor y profesor, a partir de ahora convertido en responsable del mantenimiento del hotel, que se muda allí junto a su mujer Wendy y su hijo de 5 años, Danny. Después de vivir el éxito literario, de la posterior decepción laboral y para rehabilitarse de su alcoholismo, Jack piensa que es la mejor idea para sacar adelante a su pequeña familia. Pero Wendy, su mujer, vive en una continua preocupación y Danny… Danny es muy especial. A lo largo de la historia y utilizando muy pocos personajes, aunque dándole bastante protagonismo al hotel, King nos relata como la mente humana, alimentada por sus propias experiencias pasadas y presentes puede llevar a la decadencia más absoluta y pérdida de cordura si algún elemento externo la perturba. Así vemos poco a poco la transformación de Jack, la “sugestión” de Wendy, la imaginación ( o no ) de Danny, etc. Me sorprende de este autor que todo lo que escribe en las páginas de El Resplandor tiene un sentido, nada es relleno que no nos lleva a ningún sitio. Incluso en muchas ocasiones al estar tan bien documentado sobre ciertos aspectos, me ha resultado una lectura didáctica. Y qué decir de la manera en la que comienza el libro, lentamente y detallando cada escenario y a cada personaje, para poco a poco ir aumentando la intensidad y convertir el final en un absoluto estallido de emociones. Para mí, este libro se merece con creces el éxito que tuvo en su momento y que ha seguido teniendo a lo largo de los años. |
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