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La novela cuenta con un introducción larguísima que no aporta mucho y que me ha resultado tediosa. Pero es un adjetivo que le viene bien a la mayor parte de la novela, que parece más hecha para aburrir que para entretener. Ya ni hablemos de aportar algo a la Literatura. le falta terror y esa inquietud que sí transmite la película, y le sobran chorradas como la de los setos o esa "máscara verde de vampiro". Tampoco tiene un final o una prosa brillante, así que no hay mucho a lo que agarrarse. Además, hay diversas incongruencias con fechas y alguna otra cosa; por ejemplo, se habla de una puerta de media pulgada -o sea, 1,27 cm- como si fuera infranqueable y gruesa. Otro punto incongruente es que Halloran, después de empatizar con Danny, deje que el niño se quede allí encerrado durante meses. Fíjense que él mismo no se siente seguro allí, tal y como se revela en el capítulo 38. Por si todo esto fuera poco, el señor King invade la novela de derechazos misóginos -que si el padre de Wendy murió por culpa de la madre de esta, que si una paliza del padre de Jack a la madre de este fue necesaria, etc.- y sexualizaciones gratuitas como pezones que se marcan a través de vestidos. Pero ojo a lo que le dice un personaje al pequeño Danny, de cinco años, después de decirle que le va a comer: "[...] I'll start with your plump little cock". En fin, ¿quién quisiera tener el señor King como vecino? Tampoco tiene la complejidad de la película en cuento a simbolismos y elementos a analizar, porque aquí no hay laberinto, no se habla de que el hotel fue construido sobre un cementerio indio, no hay dos Grady, no se insinúa que Jack abuse sexualmente de su hijo... En fin, nada de nada. Por cierto, mantened en secreto la similitud entre esta novela y la titulada 'Burnt offerings' de Robert Marasco, publicada solo cuatro años antes.
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